Pintura de Ana O. |
El bullicio queda atrás, pero no cesa la música. Vidrios de colores se esparcen por un escenario sediento, que los acoge en su prometedor regazo.
El tiempo se detiene, ahora no se me escapa, ya no me arrastra contra mi voluntad, yo le llevo de la mano, yo soy la dueña.
Perdí el miedo a lo desconocido en otra existencia, me entrego a ese momento misterioso en que lo que hay deja de ser para renacer con una esencia renovada. Y así, el azul se desliza sobre un sonriente lienzo, dibujando un nuevo paisaje, mi bosque mágico.
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