Hacia el perdón...

La culpa es corrosiva, profunda, oscura... Nos sentimos pequeños frente a ella. Vamos a sacarla a la luz, a reconocerla, a nombrarla, para arrancarla, desprenderla, dejarla ir. Mediante la aceptación, la superación del pasado, la vivencia del presente. Lo que ocurrió ya fue, no se puede cambiar. A partir de esta comprensión, podemos caminar hacia el perdón, en un camino sanador, donde cada artista vive y plasma el color de una manera singular.