miércoles, 10 de abril de 2013

El cáliz que espera

Ella sigue ahí. Sentada impasible, ciega y sorda ante mi dolor. Si al menos levantara la mirada... Yo no lo haré, me hizo tanto daño...
¿Realmente lo hizo?¿O me hirieron mis pensamientos? Quiero aceptarla por lo que es, no por lo que quiero que sea.
Pero ¿Y si no vuelve más? Quizá quiere acercarse... A lo mejor si la miro... ¡Se ha girado! ¿Cómo pudimos llegar a esto? Si hubiésemos hablado entonces...
Encadenaré al orgullo, ahora lo reconozco, no me dejaba verla, ni verme a mí.
La quiero tanto... nunca dejé de hacerlo. No recuerdo qué nos llevó al silencio ¿Qué importa? No quiero seguir ahí...
Abrázame, siente mi latido. Somos un corazón, el cáliz que espera, sosegadamente, llenarse de luz.


A. P. L.




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