domingo, 8 de abril de 2012

Pintando el calor

El fuego inflama el aire, la tierra, el agua... El calor estalla y se seca a sí mismo con hambriento frenesí. La bilis se desborda, invade el campo de acción de otros humores, desplaza a la melancolía, la flema y la sanguinidad. El colérico entra en acción, una acción unilateral y aniquiladora. Pero el arte equilibra, y lo devastado se torna armonía coloreada con velos bermellón, cobalto y dorado. El temperamento, cuya tendencia natural busca la unilateralidad, encuentra en lo artístico el medio consciente que lo contiene; y a través de la búsqueda de la belleza, tiene lugar ese acto mágico y transformador que integra y armoniza.

2 comentarios:

  1. Hola Elena, me ha encantado tu texto. Me ha hecho sentirme identificada.
    Un abrazo,
    Sandra.

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    1. Hola Sandra, me alegro de haber tocado tu sensibiidad. En el arte nos encontramos, porque su lenguaje es universal, y todos somos Uno. Un abrazo.

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