La implicación de los padres es fundamental, constituyendo la BRMT una terapia familiar, en la que niños y progenitores han de trabajar de manera constante para lograr los resultados deseados. El terapeuta acompaña el proceso y supervisa una vez al mes que todo se desarrolle con normalidad, comprobando qué reflejos han sido integrados y observando la evolución del niño.
Como en cualquier otra acción terapéutica, el abordaje multidisciplinar es muy recomendable, ya que en las dificultades de aprendizaje pueden verse implicados múltiples factores que pueden tratarse desde diferentes ámbitos. En esta línea, Carmen nos habló de las últimas investigaciones del Dr. Harald Blomberg acerca de la importancia de la alimentación en los transtornos de atención e hiperactividad de los escolares.
También los adultos se benefician de los resultados de esta terapia, que ha demostrado su eficacia en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson, creciendo las perspectivas de éxito a medida que se trabaja con distintos pacientes.
Gracias a Carmen de la Cruz por su profesionalidad y buen hacer, y a Irene Ranz de la Fundación Aprender, por dar cabida a iniciativas tan interesantes que pueden ayudarnos tanto a mejorar la calidad de vida de nuestros niños.
¡Esperamos el próximo seminario!
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