lunes, 30 de marzo de 2015

En la Universidad de Huelva, desde el corazón

Del 19 al 21 de marzo estuvimos en el V Congreso Internacional de Educación Artística y Acción Social, en Huelva. He vivido con entusiasmo esta enriquecedora experiencia, en la que confluímos educadores, psicólogos, arteterapeutas, artistas... unidos por el arte como agente de transformación social.


Me traigo una imagen maravillosa de la universidad andaluza en general, altamente implicada en la realidad social. Una institución que acompaña a las personas, que no permanece aislada en un universo intelectual separado del mundo, sino que al contrario, trabaja para mejorar situaciones de las que es muy consciente. Todos los que estábamos allí, desde especialidades aparentemente diferentes, y desde puntos geográficos tan distantes, compartimos algo importante, algo que nos une por encima de esas diferencias: trabajamos con personas, con todo lo que eso implica. Y las personas están por encima de cualquier disciplina, ideología, sistema, idea, teoría... Lo importante es estar ahí, con 'las manos en la masa', en la calle. Tú de una manera, yo de otra, pero seguro que podemos encontrarnos y complementarnos.

He visto mucha generosidad, humildad, sencillez, ganas de compartir... He conocido el trabajo de compañeros que me han enseñado otros puntos de vista, otras maneras de abordar un trabajo... Arteterapeutas explorando nuevas vías de acción con pacientes con diversas patologías: Alzheimer, parálisis cerebral, autismo, niños con cáncer y sus familias... Formadores de profesorado luchando por la integración de personas y colectivos en situación de grave exclusión social; muy conscientes de que la mejor herramienta para enfrentarse a ello pasa sobre todo por la educación y la prevención. Y ahí, el papel de la Universidad es crucial.

Me encantó hacer el taller con Pilar Domínguez Toscano, de la Universidad de Huelva, que viene desarrollando desde hace varios años interesantísimos programas de Arteterapia en cárceles y centros de menores, con resultados sorprendentes. Pilar desprende entusiasmo por este trabajo, y mucha consciencia del poder transformador del arte que, canalizado adecuadamente, es capaz de derribar los muros más altos. El abordaje terapéutico no es tan diferente según el enfoque desde el que actuemos: a todos nos mueven objetivos semejantes: dotar a las personas de herramientas que favorezcan el autoconocimiento que conduce hacia la autoestima, para caminar hacia el empoderamiento que dé lugar a esa transformación social tan necesaria.

Me traigo las ganas de mantener y ampliar esos contactos, de construir iniciativas comunes, de seguir compartiendo puntos de vista.

Seguiremos trabajando desde el corazón.


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